El ginecólogo aprovecha la intimidad que tiene en su clinica para abusar sexualmente de su paciente, una joven e inocente colegiala japonesa. La niña llega a la consulta con una vergüenza que se muere, pero el hombre la tranquiliza y la indica como debe sentarse en la silla para realizarle el examen, la chica se resiste a abrir las piernas, y el se las separa suavemente, hasta aquí todo normal.